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Día mundial de la diabetes

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Por José William Castellanos M.D., Ph.D.

El 14 de noviembre pasado, como todos los años, se conmemoró el “Día Mundial de la Diabetes” el cual es una oportunidad para crear conciencia sobre el impacto que esta enfermedad crónica tiene sobre la salud de las personas, sus familias, comunidades y la economía. Este día se enfatiza en su prevención, diagnóstico, tratamiento y control. Para lograrlo, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) promueve el acceso equitativo a la atención esencial, la educación de las personas acerca de como reducir su riesgo de enfermar y sufrir complicaciones, y la celebración de las experiencias de personas que han sido diagnosticadas en cualquiera de los estadios de la enfermedad.
Es importante señalar que hay varios tipos de diabetes mellitus, las tipo 1 (DT1) y tipo 2 (DT2), la diabetes gestacional, y otras formas de diabetes, causadas por enfermedades endocrinas, infecciones, medicamentos y sustancias tóxicas que afectan al páncreas, órgano localizado en el abdomen, justo detrás del estómago, que produce la insulina, hormona que regula las concentraciones de azúcar en la sangre. La forma más común de diabetes es la DT2, la cual se considera una enfermedad crónica caracterizada por la incapacidad del organismo de metabolizar la glucosa o azúcar circulante en el torrente sanguíneo, que es la materia prima que proporciona la energía a todas las células del cuerpo para que puedan realizar sus funciones adecuadamente, especialmente las células de los músculos, llamadas miocitos, de la grasa o adipocitos y las del hígado o hepatocitos, ya sea porque no se produce la cantidad suficiente de insulina o porque, aunque sus niveles sean normales, las células no permiten que ingrese a su interior, lo que se conoce como la resistencia a la insulina. Cuando esto ocurre, el páncreas reacciona aumentando la producción de insulina, la cual durante algún tiempo puede mantener los niveles normales de azúcar en la sangre, hasta que llega el momento en que las células no responden y las concentraciones de azúcar en la sangre empiezan a aumentar, inicialmente en el rango de la llamada prediabetes, y, si no se toman las medidas adecuadas para controlarlos, a una diabetes propiamente dicha.
De acuerdo con información de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés), 37 millones de adultos en el país tienen diabetes, de los cuales cerca del 20 por ciento no sabe que sufre de la enfermedad. Debido a los múltiples factores que facilitan su desarrollo, el número de adultos que la padecen se ha duplicado en los últimos veinte años. Se considera que es la séptima causa principal de muerte y de complicaciones severas como amputación de las extremidades e insuficiencia renal, principal causa de diálisis y trasplantes renales en el país. Igualmente, la diabetes es un factor de riesgo para muchas enfermedades, tales como las cardiovasculares, incluyendo infartos cardiacos, que en algunos pacientes diabéticos se producen sin dolor, por lo que se conocen como infartos silenciosos; de accidentes cerebrovasculares, como las hemorragias y trombosis cerebrales; de graves problemas oftalmológicos, que incluyen ceguera, glaucoma, caracterizado por el aumento de la presión en el interior del ojo y cataratas, que es una opacidad del cristalino que en etapas avanzadas se hace necesario reemplazar para recuperar la visión; de daños a los nervios periféricos, conocidos como neuropatías, caracterizadas por sensación de entumecimiento y dolores dispersos especialmente en las palmas y plantas, de muchas clases de cáncer; y además, hace que la persona que la sufre sea más vulnerable a las infecciones, incluyendo la COVID-19.
Aproximadamente el 90 por ciento de las personas diagnosticadas como diabéticas presentan la DT2, resultado de cambios metabólicos que al cabo de los años terminan afectando la producción de insulina en el páncreas o reduciendo su capacidad de disminuir la cantidad de glucosa en la sangre. Aunque se diagnostica principalmente en personas adultas, el número de niños, adolescentes y jóvenes que la sufren ha venido aumentando consistentemente durante los últimos años, debido múltiples factores entre los que se encuentran el aumento de la vida sedentaria, la alimentación rica en productos procesados o ultra procesados, el fumar o vapear y el consumo de bebidas con gran contenido de azúcar, sal y grasas.
En los Estados Unidos aproximadamente 96 millones de adultos tienen prediabetes, de los cuales el 80 por ciento no lo saben. Aunque clínicamente no se considera como una enfermedad, es uno de los mayores factores de riesgo, tanto que algunos la consideran como la fase inicial de la diabetes, caracterizada por ser una condición grave en la que los niveles de glucosa en la sangre son más altos que los rangos normales, sin ser lo suficientemente altos para ser considerados como una DT2, entre 100 y 140 mg de glucosa por decilitro en ayunas o concentraciones de hemoglobina ligada a la glucosa, conocida como A1C, entre 5.7 % y 6.4 %. En esta etapa es posible detener su avance y reducir significativamente el riesgo de desarrollar diabetes adoptando estilos de vida saludable mediante el aumento de la actividad física diaria, un mayor consumo de frutas y verduras, y la eliminación de la dieta diaria de alimentos ultra procesados, bebidas azucaradas y de comidas ricas en grasa, sal y azúcar.
Por esta razón los CDC crearon el programa nacional de prevención de la diabetes para ayudar a quienes estén en riesgo a adoptar comportamientos que permitan prevenir o retrasar la aparición de DT2 y sus complicaciones. Esta iniciativa incluye programas que promueven estilos de vida saludable diseñados a partir de investigaciones científicas basadas en la comunidad. Se puede participar en estos programas en persona o virtualmente a través del internet, los cuales son dirigidos por profesionales entrenados que guían, de una manera culturalmente apropiada y en su propio idioma, a los participantes y los inspiran a vivir saludablemente, disminuir el efecto del estrés en sus vidas, aumentar la actividad física diaria, y a crear grupos de apoyo en sus propias comunidades, los cuales incluyen personas que comparten sus metas y dificultades para alcanzarlas.
Investigaciones recientes muestran que una manera novedosa y efectiva de eliminar la prediabetes y disminuir los factores de riesgo de la diabetes en las comunidades es facilitando el acceso a alimentos saludables, eliminando los llamados desiertos alimentarios, lugares en donde no se pueden obtener alimentos saludables, tal como la hace el programa “Supershelf” que transforma los tradicionales bancos de alimentos gratuitos en lugares acogedores en donde los usuarios son tratados con dignidad y respeto, todo el mundo es bienvenido, y se tiene la oportunidad de surtirse de alimentos saludables en un ambiente acogedor abierto a todas las comunidades. En la actualidad en Minnesota hay cerca de 50 “supershelf” certificados, la mayoría en el área metropolitana de las Ciudades Gemelas. En el sitio https://www.supershelfmn.org/supershelf-sites se encuentran sus direcciones y horarios de servicio.
Se ha encontrado que los sistemas de apoyo familiares y comunitarios que incluyen el diagnostico temprano de la enfermedad, ojalá en la fase de prediabetes, son una herramienta eficaz para disminuir su impacto, tal como lo hace la Ventanilla de Salud, ubicada en el Consulado de México en St. Paul, la cual brinda programas de promoción y prevención a toda la comunidad latina, no solamente a la comunidad mexicana, tanto en el consulado como mediante los consulados móviles que se desplazan a la región occidental de Wisconsin y a los estados de Minnesota, Dakota del Sur y Dakota del Norte. Una mayor información se encuentra en la pagina de internet del consulado. Las clínicas comunitarias financiadas federalmente, tales como la Clínica del West Side Community Health Services en St. Paul y North Point Health and Wellness Center ubicada en el norte de Minneapolis, ofrecen servicios de promoción, prevención y atención médica y odontológica gratuitos o a bajo costo, independientemente del estado migratorio, ajustándose a la capacidad de pago del paciente, son parte de los recursos disponibles que permiten diagnosticar tempranamente y tratar la diabetes en nuestras comunidades.
Se sabe que mejorando el diseño de los espacios públicos se estimula y facilita la actividad física, por ejemplo, promoviendo el uso de la bicicleta y el caminar de manera segura en los corredores diseñados para este fin tales como el Corredor Verde (Greenway) en Minneapolis y el Bulevar del Río Mississippi en St. Paul. En los sitios de internet de Minneapolis y de St. Paul se pueden consultar los corredores peatonales y las ciclovías que atraviesan las Ciudades Gemelas, los cuales están abiertos para todo el público. Igualmente, el acampar y disfrutar de la naturaleza disminuye los niveles de estrés y facilita el desarrollar una vida activa, tal como lo promueve el Departamento de Recursos Naturales de Minnesota (DNR por sus siglas en inglés) facilitando la entrada para explorar los 75 parques naturales y zonas recreativas del estado, permitiendo el acceso gratuito durante cuatro días cada año y dando pases gratuitos por siete días, los cuales son distribuidos en algunas bibliotecas. Una mayor información se encuentra en: https://www.dnr.state.mn.us/stateparks/minnesota-state-parks-library-program.html.
Durante los últimos años se han publicado múltiples artículos en donde se comprueba que el disminuir el tiempo que los niños y jóvenes pasan utilizando dispositivos electrónicos y jugando videojuegos, redunda en una mejor salud física y mental y en una mayor actividad física que reduce significativamente los riesgos de sobrepeso, obesidad y diabetes en su vida adulta. Por esta razón en muchas escuelas se prohíbe el uso de celulares y dispositivos electrónicos que no sean utilizados con fines académicos e instan a las familias a que hagan lo mismo en sus hogares.
Una forma eficaz para reducir los riesgos de diabetes en nuestras comunidades es educando a nuestros jóvenes acerca de los riesgos del fumar y vapear, pues a ellos se dirige principalmente la propaganda de estos productos, e implementado políticas que prevengan el iniciar su uso y faciliten el dejarlos a quienes ya los están utilizando.
Finalmente, el programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP por sus siglas en inglés), antiguamente conocido como el programa de estampillas de alimentos, ofrece una gran variedad de oportunidades para acceder a alimentos saludables y a clases, que se dictan en el idioma de las comunidades por especialistas en muchos casos miembros de la comunidad, en donde se retoman las practicas culturales de los países de origen para disfrutar de comidas deliciosas y saludables. Una mayor información se encuentra en: https://es.extension.umn.edu/nutrici%C3%B3n-y-alimentaci%C3%B3n-saludable/ense%C3%B1anza-de-la-educaci%C3%B3n-nutricional.
De esta manera se trata cada vez más de implementar políticas locales, regionales y estatales que les faciliten a nuestras comunidades opciones más saludables para acceder tanto a recursos como a servicios de salud y bienestar que incluyan diagnósticos tempranos y tratamientos oportunos de la diabetes y sus complicaciones.

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