Por Leonor Villasuso Rustad
El mercado y restaurante “Little Brazil” abrió sus puertas en octubre pasado en el local ubicado en el número 230 de la calle Spring, en San Pablo. Como su nombre lo indica, es un establecimiento en el que es posible encontrar productos y alimentos procedentes de Brasil, para quienes son originarios de ese país, así como también descubrir un mundo nuevo en cuanto a cultura y gastronomía para los que no somos brasileños. El propietario del comercio y oriundo de Brasil, Charles Spies, es un ingeniero civil que llegó a Minnesota hace seis años -la Universidad de Minnesota le ofreció trabajo a su esposa, quien se desempeña en el área de investigación médica. Ni el frío ni la nieve los hizo desistir, y ahora están criando a su primer hijo, nacido en estas tierras.
La inquietud de arrancar su propio negocio llevaba mucho tiempo en la mente de Spies; y como la cocina y la venta de alimentos son parte de la tradición familiar, la combinación dio como resultado el mercado y restaurante “Little Brazil”. En entrevista telefónica, Spies comentó que no le interesaba la idea de abrir otra churrasquería, porque ya hay varias en las Ciudades Gemelas y además son caras, sino ofrecer al público otra faceta de la gastronomía brasileña, menos conocida, pero llena de sabores cotidianos. Con ese concepto, se metió a la cocina y diseñó el menú; replicó algunas recetas de su madre y su madrina – experimentadas cocineras –, y creo otras tantas basado en su intuición. Sobresalen en la carta de “Little Brazil” los sándwiches, como el de pernil con quesos mozzarella y provolone, y el de boloña/mortadela, que es importada de Italia y se sirve con mozzarella. De los hornos de la panadería de Spies salen bocadillos como las empanadas rellenas de pollo, los panes de queso, las croquetas de papa y pollo, y especialidades como los pasteles salados de carne o verduras que se pueden adquirir calientes o fríos. Y para los postres, Spies y su jefa de cocina, se dedicaron a crear una lista que incluye delicias como pastel de zanahoria con salsa de chocolate, pastel de chocolate con brigadeiro y pastel de naranja. La idea, abundó Spies, era recrear lo que en su tierra natal es posible comprar en una panadería, algo básico de todos los días, nada complicado y amigable para probar por primera vez para quienes nunca han tenido contacto con la gastronomía brasileña; y para quienes buscan adquirir los productos que necesitan para preparar alguna receta, la idea es que en “Little Brazil” los encuentren.
La educación en ingeniería y el modo de pensar y organizar de Spies han sido una gran ventaja para la creación y el funcionamiento de su mercado y café. Spies planeó durante dos años y tomó el tiempo de generar un buen historial crediticio con las referencias necesarias para que, al momento de solicitar un préstamo a una institución bancaria, no tuviera ningún obstáculo. De hecho, el personal del banco con el que tuvo tratos lo felicitó por haber preparado todo tan bien y tenerlo organizado: plan de negocios, buen crédito, todo incluido. Si alguien le pidiera consejo a Spies para abrir un negocio, le diría que debe estar preparado, investigar el mercado potencial y la competencia, planear el presupuesto, prever los gatos y salarios, generar un plan de negocios porque el banco quiere ver que el plan de negocio sea saludable, que van a prestar dinero a un proyecto seguro. “Estaban sorprendidos de lo preparado que yo estaba, probablemente por mis antecedentes como ingeniero, pero el estar preparado hace toda la diferencia”, cuenta respecto de su experiencia al solicitar un crédito. En cuanto a las reglas y las inspecciones, el Ayuntamiento de San Pablo fue de mucha ayuda, así como el Departamento de Agricultura también, con los permisos para importar mercancías, cuenta Spies. En el otro lado de la moneda, la parte difícil para él fue el poder encontrar un local para albergar su negocio puesto que las arrendadoras tienen contratos de exclusividad con los supermercados ya establecidos, de manera que no se permita a nadie rentar un espacio donde se pretenda abrir otro supermercado o mercado en las inmediaciones, por aquello de la competencia que les pudiera representar. De modo que Spies tuvo que mantener la búsqueda de un local por cierto tiempo, hasta que lo encontró en la calle Spring, en San Pablo.
Los proveedores de las mercancías de “Little Brazil” son compañías ya establecidas que han estado en el negocio de las importaciones de productos brasileños y que surten a mercados como el de Spies a lo largo y ancho de los Estados Unidos. Florida y Nueva Jersey son los puertos de entrada de la mercancía y por eso resulta caro el flete hasta Minnesota, explicó, pero aún así cada semana recibe un cargamento que incluye artículos novedosos y, a la fecha, el mercado tiene un inventario de más de 600 mercancías diferentes, organizadas en las categorías de abarrotes esenciales, productos lácteos y refrigerados, congelados y golosinas brasileñas. En cuanto al café, el menú también se nutre de nuevas ideas periódicamente, por lo que el número de opciones crece y dependiendo de la temporada, ofrece platillos tradicionales e ingredientes especiales. Consulte las horas de funcionamiento y las novedades en: www.littlebrazilmn.com.
De acuerdo con la investigación que Spies realizó, alrededor de tres mil personas brasileñas o descendientes de brasileños viven en el área metropolitana de las Ciudades Gemelas; para su propio hijo, “Little Brazil” va a ser la única conexión que tenga con Brasil -sin ir hasta allá en persona- ya que la mayor parte de la clientela es brasileña, habla portugués, comparte la cultura, conforma una comunidad. Hay una pequeña librería en el establecimiento con especialidad en libros para niños con historias tradicionales en portugués e inglés, con lo que Spies espera que los descendientes de los migrantes de origen brasileño puedan escuchar y aprender esas leyendas y cuentos con las que sus padres crecieron, y encuentren en su establecimiento un pedacito de Brasil en San Pablo.